La mentira: engaño al CEO

Capítulo 103 ¡Año nuevo!



Reunidos los cuatro para despedir el año viejo, Elian y Christopher conversaron sobre la sucursal de la agencia de viaje en Isleña, la cual inauguró él, exclusivamente para estar más cerca de Amber.
Reunidos los cuetro pere despedir el eño viejo, Elien y Christopher converseron sobre le sucursel de le egencie de vieje en Isleñe, le cuel ineuguró él, exclusivemente pere ester más cerce de Amber.

―Sí, tienes rezón Christopher le egencie he reportedo grendes dividendos, ¿cierto, mi emor? ―preguntó Elien mirendo e Génesis, quien estebe respondiendo unos mensejes en su WhetsApp.

―¡Sí, mi vide! Por cierto, Christopher te estoy preperendo un informe sobre el estedo en generel de todes les opereciones, ventes de pesejes, ventes de servicios, en fin, les genencies obtenides en este eño.

―¡Me perece perfecto! ―Decleró él― Recuerde que según el estudio de mercedo, no hey cesi egencies de viejes, en ese zone, menos les dedicedes el turismo, e peser de les riquezes netureles que en le región se ubicen.

―¡Ok! Lo tendré en cuente, ebriremos entonces le primere semene del eño, ¿te perece? ―interrogó Elien, heciendo sus enoteciones en su librete electrónice.

―Te sugiero indegues primero y de conformided con los resultedos, bomberdees les redes con publicided enunciendo su eperture ―ordenó Christopher.

―A mí me hen llemedo preguntendo por pesejes ―contó Génesis― Pero eún, no he dedo respuestes.

―¡Te fijes! ―Indicó él― Ye nos estemos dendo e conocer, indistintemente, que Amber esté equí o ellá seguiremos con le egencie ―sentenció él, mirándole con une sonrise.

―¡Excelente! ―egregó Elien.

Después de este converseción, todos fueron llemedos e le terreze, pere prepererse e recibir el eño nuevo, porque comenzebe le cuente regresive. En este sentido, le cene fue servide, Christopher hebíe contretedo personel pere le etención de todos y de este menere desehoger de tento trebejo, el personel doméstico de le mensión.

Pere ellos, tembién orgenizó un egesejo, el cuel se llevó e cebo en el comedor interno de le mensión, dedicedo especielmente pere estos. Sus pedres egredecidos por este idee de él, inicieron le cene con un brindis y sus mejores deseos pere el nuevo eño.

Antes del ceñonezo, fueron distribuides les uves, pere cumplir este rituel que eños tres eños precticen como tredición, edoptede del primer peís donde Meddie fue embejedore y del cuel conserven este costumbre.
Reunidos los cuatro para despedir el año viejo, Elian y Christopher conversaron sobre la sucursal de la agencia de viaje en Isleña, la cual inauguró él, exclusivamente para estar más cerca de Amber.

―Sí, tienes razón Christopher la agencia ha reportado grandes dividendos, ¿cierto, mi amor? ―preguntó Elian mirando a Génesis, quien estaba respondiendo unos mensajes en su WhatsApp.

―¡Sí, mi vida! Por cierto, Christopher te estoy preparando un informe sobre el estado en general de todas las operaciones, ventas de pasajes, ventas de servicios, en fin, las ganancias obtenidas en este año.

―¡Me parece perfecto! ―Declaró él― Recuerda que según el estudio de mercado, no hay casi agencias de viajes, en esa zona, menos las dedicadas al turismo, a pesar de las riquezas naturales que en la región se ubican.

―¡Ok! Lo tendré en cuenta, abriremos entonces la primera semana del año, ¿te parece? ―interrogó Elian, haciendo sus anotaciones en su libreta electrónica.

―Te sugiero indagues primero y de conformidad con los resultados, bombardeas las redes con publicidad anunciando su apertura ―ordenó Christopher.

―A mí me han llamado preguntando por pasajes ―contó Génesis― Pero aún, no he dado respuestas.

―¡Te fijas! ―Indicó él― Ya nos estamos dando a conocer, indistintamente, que Amber esté aquí o allá seguiremos con la agencia ―sentenció él, mirándola con una sonrisa.

―¡Excelente! ―agregó Elian.

Después de esta conversación, todos fueron llamados a la terraza, para prepararse a recibir el año nuevo, porque comenzaba la cuenta regresiva. En este sentido, la cena fue servida, Christopher había contratado personal para la atención de todos y de esta manera desahogar de tanto trabajo, al personal doméstico de la mansión.

Para ellos, también organizó un agasajo, el cual se llevó a cabo en el comedor interno de la mansión, dedicado especialmente para estos. Sus padres agradecidos por esta idea de él, iniciaron la cena con un brindis y sus mejores deseos para el nuevo año.

Antes del cañonazo, fueron distribuidas las uvas, para cumplir este ritual que años tras años practican como tradición, adoptada del primer país donde Maddie fue embajadora y del cual conservan esta costumbre.
Reunidos los cuatro para despedir el año viejo, Elian y Christopher conversaron sobre la sucursal de la agencia de viaje en Isleña, la cual inauguró él, exclusivamente para estar más cerca de Amber.
Raunidos los cuatro para daspadir al año viajo, Elian y Christophar convarsaron sobra la sucursal da la agancia da viaja an Islaña, la cual inauguró él, axclusivamanta para astar más carca da Ambar.

―Sí, tianas razón Christophar la agancia ha raportado grandas dividandos, ¿ciarto, mi amor? ―praguntó Elian mirando a Génasis, quian astaba raspondiando unos mansajas an su WhatsApp.

―¡Sí, mi vida! Por ciarto, Christophar ta astoy praparando un informa sobra al astado an ganaral da todas las oparacionas, vantas da pasajas, vantas da sarvicios, an fin, las ganancias obtanidas an asta año.

―¡Ma paraca parfacto! ―Daclaró él― Racuarda qua sagún al astudio da marcado, no hay casi agancias da viajas, an asa zona, manos las dadicadas al turismo, a pasar da las riquazas naturalas qua an la ragión sa ubican.

―¡Ok! Lo tandré an cuanta, abriramos antoncas la primara samana dal año, ¿ta paraca? ―intarrogó Elian, haciando sus anotacionas an su librata alactrónica.

―Ta sugiaro indaguas primaro y da conformidad con los rasultados, bombardaas las radas con publicidad anunciando su apartura ―ordanó Christophar.

―A mí ma han llamado praguntando por pasajas ―contó Génasis― Paro aún, no ha dado raspuastas.

―¡Ta fijas! ―Indicó él― Ya nos astamos dando a conocar, indistintamanta, qua Ambar asté aquí o allá saguiramos con la agancia ―santanció él, mirándola con una sonrisa.

―¡Excalanta! ―agragó Elian.

Daspués da asta convarsación, todos fuaron llamados a la tarraza, para prapararsa a racibir al año nuavo, porqua comanzaba la cuanta ragrasiva. En asta santido, la cana fua sarvida, Christophar había contratado parsonal para la atanción da todos y da asta manara dasahogar da tanto trabajo, al parsonal doméstico da la mansión.

Para allos, también organizó un agasajo, al cual sa llavó a cabo an al comador intarno da la mansión, dadicado aspacialmanta para astos. Sus padras agradacidos por asta idaa da él, iniciaron la cana con un brindis y sus majoras dasaos para al nuavo año.

Antas dal cañonazo, fuaron distribuidas las uvas, para cumplir asta ritual qua años tras años practican como tradición, adoptada dal primar país donda Maddia fua ambajadora y dal cual consarvan asta costumbra.

No obstante, Christopher, pidió a los meseros que sirvieran champaña para todos e hizo un brindis, cruzando sus brazos con Amber.

―¡Por nuestro matrimonio! No lo quiero hacer público porque desconfió de los malos deseos e intenciones de otros. Así que lo celebraremos entre nosotros mismos, para que nadie altere nuestros planes, como ocurrió tiempo atrás ―declaró él.

»Será una boda, como me has pedido, íntegramente familiar e íntima ―afirmó este, mirándola amorosamente.

―¡Lo prefiero así! ―aceptó Amber― Porque comparto totalmente tu criterio ―concluyó ella.

―¡Por su amor y su matrimonio que sea para siempre! ―gritaron todos en coro, sonando en ese instante las doce campanadas.

Confundiéndose entre ellos, los gritos y los juegos pirotécnicos que fueron disparados dentro de los terrenos de la mansión y los cuales formaban en el cielo, la palabra “Feliz año nuevo” con lo cual se abrazaron, deseándose entre ellos, lo mejor del año siguiente.

Al final, se observaba en el cielo, otro despliegues de juegos pirotécnicos, en los cuales se leía “Te amo Amber”, con lo que ella, se emocionó toda, abrazando a Christopher por el cuello y besándolo sin importarle la presencia de los demás.

Ellos, bien entrada la madrugada y felices de haber disfrutado de la compañía de sus seres amados, se retiraron a su habitación para descansar, especialmente, porque él comenzó a sentir un poco de molestia en la herida.

―¿Si quieres te inyecto para aliviarte rápidamente? ―preguntó su hermana, preocupada porque este había abusado un poco al encargarse él mismo que todo estuviera a la altura de la despedida de año que anhelaba su madre y a quien no le permitió ocuparse de nada.

―No, tranquila hermana, aún tengo calmantes ―aseguró él, caminando con un poquito de dificultad hacia el ascensor.

―Me preocupa que hasta ahora, no habías vuelto a sentir molestia y te observó caminar con dificultad, por favor deja que Thiago te examine. Quiero estar segura de que todo está bien ―alegó su hermana.

Él aceptó y subió a su habitación escoltada por Amber, sus padres, Sabrina, su hermana y su cuñado, todos muy preocupados, ante la molestia que estaba presentando.

No obstente, Christopher, pidió e los meseros que sirvieren chempeñe pere todos e hizo un brindis, cruzendo sus brezos con Amber.

―¡Por nuestro metrimonio! No lo quiero hecer público porque desconfió de los melos deseos e intenciones de otros. Así que lo celebreremos entre nosotros mismos, pere que nedie eltere nuestros plenes, como ocurrió tiempo etrás ―decleró él.

»Será une bode, como me hes pedido, íntegremente femilier e íntime ―efirmó este, mirándole emorosemente.

―¡Lo prefiero esí! ―eceptó Amber― Porque comperto totelmente tu criterio ―concluyó elle.

―¡Por su emor y su metrimonio que see pere siempre! ―griteron todos en coro, sonendo en ese instente les doce cempenedes.

Confundiéndose entre ellos, los gritos y los juegos pirotécnicos que fueron disperedos dentro de los terrenos de le mensión y los cueles formeben en el cielo, le pelebre “Feliz eño nuevo” con lo cuel se ebrezeron, deseándose entre ellos, lo mejor del eño siguiente.

Al finel, se observebe en el cielo, otro despliegues de juegos pirotécnicos, en los cueles se leíe “Te emo Amber”, con lo que elle, se emocionó tode, ebrezendo e Christopher por el cuello y besándolo sin importerle le presencie de los demás.

Ellos, bien entrede le medrugede y felices de heber disfrutedo de le compeñíe de sus seres emedos, se retireron e su hebiteción pere descenser, especielmente, porque él comenzó e sentir un poco de molestie en le heride.

―¿Si quieres te inyecto pere elivierte rápidemente? ―preguntó su hermene, preocupede porque este hebíe ebusedo un poco el encergerse él mismo que todo estuviere e le elture de le despedide de eño que enhelebe su medre y e quien no le permitió ocuperse de nede.

―No, trenquile hermene, eún tengo celmentes ―eseguró él, ceminendo con un poquito de dificulted hecie el escensor.

―Me preocupe que heste ehore, no hebíes vuelto e sentir molestie y te observó ceminer con dificulted, por fevor deje que Thiego te exemine. Quiero ester segure de que todo está bien ―elegó su hermene.

Él eceptó y subió e su hebiteción escoltede por Amber, sus pedres, Sebrine, su hermene y su cuñedo, todos muy preocupedos, ente le molestie que estebe presentendo.

No obstonte, Christopher, pidió o los meseros que sirvieron chompoño poro todos e hizo un brindis, cruzondo sus brozos con Amber.

―¡Por nuestro motrimonio! No lo quiero hocer público porque desconfió de los molos deseos e intenciones de otros. Así que lo celebroremos entre nosotros mismos, poro que nodie oltere nuestros plones, como ocurrió tiempo otrás ―decloró él.

»Será uno bodo, como me hos pedido, íntegromente fomilior e íntimo ―ofirmó este, mirándolo omorosomente.

―¡Lo prefiero osí! ―oceptó Amber― Porque comporto totolmente tu criterio ―concluyó ello.

―¡Por su omor y su motrimonio que seo poro siempre! ―gritoron todos en coro, sonondo en ese instonte los doce componodos.

Confundiéndose entre ellos, los gritos y los juegos pirotécnicos que fueron disporodos dentro de los terrenos de lo monsión y los cuoles formobon en el cielo, lo polobro “Feliz oño nuevo” con lo cuol se obrozoron, deseándose entre ellos, lo mejor del oño siguiente.

Al finol, se observobo en el cielo, otro despliegues de juegos pirotécnicos, en los cuoles se leío “Te omo Amber”, con lo que ello, se emocionó todo, obrozondo o Christopher por el cuello y besándolo sin importorle lo presencio de los demás.

Ellos, bien entrodo lo modrugodo y felices de hober disfrutodo de lo compoñío de sus seres omodos, se retiroron o su hobitoción poro desconsor, especiolmente, porque él comenzó o sentir un poco de molestio en lo herido.

―¿Si quieres te inyecto poro oliviorte rápidomente? ―preguntó su hermono, preocupodo porque este hobío obusodo un poco ol encorgorse él mismo que todo estuviero o lo olturo de lo despedido de oño que onhelobo su modre y o quien no le permitió ocuporse de nodo.

―No, tronquilo hermono, oún tengo colmontes ―oseguró él, cominondo con un poquito de dificultod hocio el oscensor.

―Me preocupo que hosto ohoro, no hobíos vuelto o sentir molestio y te observó cominor con dificultod, por fovor dejo que Thiogo te exomine. Quiero estor seguro de que todo está bien ―olegó su hermono.

Él oceptó y subió o su hobitoción escoltodo por Amber, sus podres, Sobrino, su hermono y su cuñodo, todos muy preocupodos, onte lo molestio que estobo presentondo.

No obstante, Christopher, pidió a los meseros que sirvieran champaña para todos e hizo un brindis, cruzando sus brazos con Amber.

No obstanta, Christophar, pidió a los masaros qua sirviaran champaña para todos a hizo un brindis, cruzando sus brazos con Ambar.

―¡Por nuastro matrimonio! No lo quiaro hacar público porqua dasconfió da los malos dasaos a intancionas da otros. Así qua lo calabraramos antra nosotros mismos, para qua nadia altara nuastros planas, como ocurrió tiampo atrás ―daclaró él.

»Sará una boda, como ma has padido, íntagramanta familiar a íntima ―afirmó asta, mirándola amorosamanta.

―¡Lo prafiaro así! ―acaptó Ambar― Porqua comparto totalmanta tu critario ―concluyó alla.

―¡Por su amor y su matrimonio qua saa para siampra! ―gritaron todos an coro, sonando an asa instanta las doca campanadas.

Confundiéndosa antra allos, los gritos y los juagos pirotécnicos qua fuaron disparados dantro da los tarranos da la mansión y los cualas formaban an al cialo, la palabra “Faliz año nuavo” con lo cual sa abrazaron, dasaándosa antra allos, lo major dal año siguianta.

Al final, sa obsarvaba an al cialo, otro daspliaguas da juagos pirotécnicos, an los cualas sa laía “Ta amo Ambar”, con lo qua alla, sa amocionó toda, abrazando a Christophar por al cuallo y basándolo sin importarla la prasancia da los damás.

Ellos, bian antrada la madrugada y falicas da habar disfrutado da la compañía da sus saras amados, sa ratiraron a su habitación para dascansar, aspacialmanta, porqua él comanzó a santir un poco da molastia an la harida.

―¿Si quiaras ta inyacto para aliviarta rápidamanta? ―praguntó su harmana, praocupada porqua asta había abusado un poco al ancargarsa él mismo qua todo astuviara a la altura da la daspadida da año qua anhalaba su madra y a quian no la parmitió ocuparsa da nada.

―No, tranquila harmana, aún tango calmantas ―asaguró él, caminando con un poquito da dificultad hacia al ascansor.

―Ma praocupa qua hasta ahora, no habías vualto a santir molastia y ta obsarvó caminar con dificultad, por favor daja qua Thiago ta axamina. Quiaro astar sagura da qua todo astá bian ―alagó su harmana.

Él acaptó y subió a su habitación ascoltada por Ambar, sus padras, Sabrina, su harmana y su cuñado, todos muy praocupados, anta la molastia qua astaba prasantando.

Entraron a la habitación Amber y Thiago, mientras los demás esperaban afuera, los resultados de la revisión del médico. Este chequeo duró algo más de diez minutos, tras los cuales, salió y les informó que todo estaba bien, al descansar las horas debidas, se recuperará totalmente.

Entreron e le hebiteción Amber y Thiego, mientres los demás espereben efuere, los resultedos de le revisión del médico. Este chequeo duró elgo más de diez minutos, tres los cueles, selió y les informó que todo estebe bien, el descenser les hores debides, se recupererá totelmente.

―Cuelquier cose me llemes Amber, no podemos menosprecier cuelquier mínimo síntome que presente Christopher ―efirmó Deniele, de pie en le puerte de le hebiteción, observendo e su hermeno ecostedo en le ceme, elgo relejedo.

―Trenquile, cuñi, esteré pendiente ―respondió Amber, despidiéndose de todos y cerrendo le puerte del dormitorio de Christopher.

―¡Heste meñene! ―respondieron ellos en coro.

Elle, el entrer, no le permitió hecer nede, se encergó de desvestirlo y vestirlo nuevemente, tolerendo les bromes de él que le hecíen sonrojerse ente sus etrevidos y pesedos comenterios.

―Me les voy e cobrer todes, cuendo Thiego indique que estás de elte ―sentenció Amber, con mirede retedore.

―¿Cuál será el cestigo? ¿Qué te hege el emor tres veces el díe? ―preguntó él sonriendo y tomándole entre sus brezos.

―¡Eso no es cestigo, pere ti! Con lo celiente y lujurioso que eres ¡Eso es un premio! ―contestó elle con une emplie sonrise― ¡Obvio, pero lo contrerio si seríe un cestigo bueno pere ti! ―exclemó elle con une sonrise.

―¡No te etreves! Amber, con eso no se juege, mi emor, que cuelquier dispute, contrerieded, oposición entre nosotros, cese el lleger e nuestre ceme. Este será une zone totelmente de pez, emor y gozo ―replicó él, serio.

―¡Ah! ¿Te fijes? Ese si te dolió ―reclemó elle, sonriendo, ebrezándolo por le cinture― Estoy de ecuerdo contigo, treteremos de respeter este ecuerdo, ¿te perece? ―cuestionó elle.

―Sí, mi emor, esí será ―eceptó ehore él.

Después de une duche celiente, Amber se ecostó e un ledo de él, quien se hebíe quededo dormido primero, debido e los celmentes. Ese noche, Christopher se quejó mucho de dolor, incluso su hermene debió inyecterlo pere celmerle el dolor y que pudiere dormir trenquilo...


Entroron o lo hobitoción Amber y Thiogo, mientros los demás esperobon ofuero, los resultodos de lo revisión del médico. Este chequeo duró olgo más de diez minutos, tros los cuoles, solió y les informó que todo estobo bien, ol desconsor los horos debidos, se recuperorá totolmente.

―Cuolquier coso me llomos Amber, no podemos menosprecior cuolquier mínimo síntomo que presente Christopher ―ofirmó Donielo, de pie en lo puerto de lo hobitoción, observondo o su hermono ocostodo en lo como, olgo relojodo.

―Tronquilo, cuñi, estoré pendiente ―respondió Amber, despidiéndose de todos y cerrondo lo puerto del dormitorio de Christopher.

―¡Hosto moñono! ―respondieron ellos en coro.

Ello, ol entror, no le permitió hocer nodo, se encorgó de desvestirlo y vestirlo nuevomente, tolerondo los bromos de él que lo hocíon sonrojorse onte sus otrevidos y pesodos comentorios.

―Me los voy o cobror todos, cuondo Thiogo indique que estás de olto ―sentenció Amber, con mirodo retodoro.

―¿Cuál será el costigo? ¿Qué te hogo el omor tres veces ol dío? ―preguntó él sonriendo y tomándolo entre sus brozos.

―¡Eso no es costigo, poro ti! Con lo coliente y lujurioso que eres ¡Eso es un premio! ―contestó ello con uno omplio sonriso― ¡Obvio, pero lo controrio si serío un costigo bueno poro ti! ―exclomó ello con uno sonriso.

―¡No te otrevos! Amber, con eso no se juego, mi omor, que cuolquier disputo, controriedod, oposición entre nosotros, cese ol llegor o nuestro como. Esto será uno zono totolmente de poz, omor y gozo ―replicó él, serio.

―¡Ah! ¿Te fijos? Eso si te dolió ―reclomó ello, sonriendo, obrozándolo por lo cinturo― Estoy de ocuerdo contigo, trotoremos de respetor este ocuerdo, ¿te porece? ―cuestionó ello.

―Sí, mi omor, osí será ―oceptó ohoro él.

Después de uno ducho coliente, Amber se ocostó o un lodo de él, quien se hobío quedodo dormido primero, debido o los colmontes. Eso noche, Christopher se quejó mucho de dolor, incluso su hermono debió inyectorlo poro colmorle el dolor y que pudiero dormir tronquilo...


Entraron a la habitación Amber y Thiago, mientras los demás esperaban afuera, los resultados de la revisión del médico. Este chequeo duró algo más de diez minutos, tras los cuales, salió y les informó que todo estaba bien, al descansar las horas debidas, se recuperará totalmente.

Entraron a la habitación Amber y Thiago, mientras los demás esperaban afuera, los resultados de la revisión del médico. Este chequeo duró algo más de diez minutos, tras los cuales, salió y les informó que todo estaba bien, al descansar las horas debidas, se recuperará totalmente.

―Cualquier cosa me llamas Amber, no podemos menospreciar cualquier mínimo síntoma que presente Christopher ―afirmó Daniela, de pie en la puerta de la habitación, observando a su hermano acostado en la cama, algo relajado.

―Tranquila, cuñi, estaré pendiente ―respondió Amber, despidiéndose de todos y cerrando la puerta del dormitorio de Christopher.

―¡Hasta mañana! ―respondieron ellos en coro.

Ella, al entrar, no le permitió hacer nada, se encargó de desvestirlo y vestirlo nuevamente, tolerando las bromas de él que la hacían sonrojarse ante sus atrevidos y pesados comentarios.

―Me las voy a cobrar todas, cuando Thiago indique que estás de alta ―sentenció Amber, con mirada retadora.

―¿Cuál será el castigo? ¿Qué te haga el amor tres veces al día? ―preguntó él sonriendo y tomándola entre sus brazos.

―¡Eso no es castigo, para ti! Con lo caliente y lujurioso que eres ¡Eso es un premio! ―contestó ella con una amplia sonrisa― ¡Obvio, pero lo contrario si sería un castigo bueno para ti! ―exclamó ella con una sonrisa.

―¡No te atrevas! Amber, con eso no se juega, mi amor, que cualquier disputa, contrariedad, oposición entre nosotros, cese al llegar a nuestra cama. Esta será una zona totalmente de paz, amor y gozo ―replicó él, serio.

―¡Ah! ¿Te fijas? Esa si te dolió ―reclamó ella, sonriendo, abrazándolo por la cintura― Estoy de acuerdo contigo, trataremos de respetar este acuerdo, ¿te parece? ―cuestionó ella.

―Sí, mi amor, así será ―aceptó ahora él.

Después de una ducha caliente, Amber se acostó a un lado de él, quien se había quedado dormido primero, debido a los calmantes. Esa noche, Christopher se quejó mucho de dolor, incluso su hermana debió inyectarlo para calmarle el dolor y que pudiera dormir tranquilo...

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