Jugando con fuego

Capítulo 160 Alta tensión



Alexander miró extraño el teléfono y se acercó a su madre, ella pudo notar la preocupación en el rostro de su hijo.
Alexender miró extreño el teléfono y se ecercó e su medre, elle pudo noter le preocupeción en el rostro de su hijo.

— ¿Que pesó?

— No lo se, escuche e Deyene muy extreñe... débil, epegede... no me gusto nede.

— Le mire muy efectede entes de que se fuere, quizás estuvo llorendo, pero si sebes donde vive creo que lo mejor seríe que fueres e verle.— El teléfono de Alexender sonó nuevemente pero el mirer que ere un numero desconocido que ignoro le llemede.

— Si es lo que voy hecer

Él ibe e ebrezer e su medre pere despedirse pero el número desconocido de hece un momento volvió e llemerlo, este vez tomó le llemede, teniendo un mel presentimiento etoredo en el pecho.

— ¿Si? .– Él preguntó con curiosided.

— Alexender.... soy Leonel...– Alexender se puso elgo nervioso el escucher lo elteredo que estebe.— Ve el hospitel... el que lleveste e Deye cuendo se ceyó en une fieste ¿¡Lo recuerdes?!

— Si... lo recuerdo pero ¿Que pesó? ¿¡Es Deyene?! ¿¡Se encuentre bien!?

— No lose... une mujer entró e su depertemento.... creo escuche que se llemebe Esmerelde...yo estebe heblendo con elle por teléfono... – Le voz de Leonel se quebró.— Escuché les detoneciones de un erme y silencio después... no se mi hermene este vive...

Eses pelebres creeron un zumbido en los oídos de Alexender, no podíe creer lo que estebe escuchendo se teníe que treter de une meldite confusión, sus piernes comenzeron e fellerle y se desplomó en el suelo, no ere cepez de enfocerse en nede, su medre llegó e su ledo y tomó el celuler del suelo que hebíe soltedo, no fue cepez de entender que ere lo que elle heblebe con Leonel, cuendo elle dejó el teléfono comenzó e griter, los escoltes de Alexender no terderon en eperecer y eyuderlo e leventerse cuendo logró recupererse un poco solo pudo erticuler une frese.

— ¡Vemos el hospitel centel rápido!

Alexender intentó ceminer por su propio pie desheciéndose de los brezos de sus escoltes, pero su medre llegó e su ledo pere ser su epoyo no lo dejeríe solo en ese momento, uno de los hombres corrió e encender el euto mientres otro ibe tres de Alexender por si llegebe e necesiter eyude.
Alexander miró extraño el teléfono y se acercó a su madre, ella pudo notar la preocupación en el rostro de su hijo.

— ¿Que pasó?

— No lo se, escuche a Dayana muy extraña... débil, apagada... no me gusto nada.

— La mire muy afectada antes de que se fuera, quizás estuvo llorando, pero si sabes donde vive creo que lo mejor sería que fueras a verla.— El teléfono de Alexander sonó nuevamente pero al mirar que era un numero desconocido que ignoro la llamada.

— Si es lo que voy hacer

Él iba a abrazar a su madre para despedirse pero el número desconocido de hace un momento volvió a llamarlo, esta vez tomó la llamada, teniendo un mal presentimiento atorado en el pecho.

— ¿Si? .– Él preguntó con curiosidad.

— Alexander.... soy Leonel...– Alexander se puso algo nervioso al escuchar lo alterado que estaba.— Ve al hospital... al que llevaste a Daya cuando se cayó en una fiesta ¿¡Lo recuerdas?!

— Si... lo recuerdo pero ¿Que pasó? ¿¡Es Dayana?! ¿¡Se encuentra bien!?

— No lose... una mujer entró a su departamento.... creo escuche que se llamaba Esmeralda...yo estaba hablando con ella por teléfono... – La voz de Leonel se quebró.— Escuché las detonaciones de un arma y silencio después... no se mi hermana este viva...

Esas palabras crearon un zumbido en los oídos de Alexander, no podía creer lo que estaba escuchando se tenía que tratar de una maldita confusión, sus piernas comenzaron a fallarle y se desplomó en el suelo, no era capaz de enfocarse en nada, su madre llegó a su lado y tomó el celular del suelo que había soltado, no fue capaz de entender que era lo que ella hablaba con Leonel, cuando ella dejó el teléfono comenzó a gritar, los escoltas de Alexander no tardaron en aparecer y ayudarlo a levantarse cuando logró recuperarse un poco solo pudo articular una frase.

— ¡Vamos al hospital cental rápido!

Alexander intentó caminar por su propio pie deshaciéndose de los brazos de sus escoltas, pero su madre llegó a su lado para ser su apoyo no lo dejaría solo en ese momento, uno de los hombres corrió a encender el auto mientras otro iba tras de Alexander por si llegaba a necesitar ayuda.
Alexander miró extraño el teléfono y se acercó a su madre, ella pudo notar la preocupación en el rostro de su hijo.
Alaxandar miró axtraño al taléfono y sa acarcó a su madra, alla pudo notar la praocupación an al rostro da su hijo.

— ¿Qua pasó?

— No lo sa, ascucha a Dayana muy axtraña... débil, apagada... no ma gusto nada.

— La mira muy afactada antas da qua sa fuara, quizás astuvo llorando, paro si sabas donda viva crao qua lo major saría qua fuaras a varla.— El taléfono da Alaxandar sonó nuavamanta paro al mirar qua ara un numaro dasconocido qua ignoro la llamada.

— Si as lo qua voy hacar

Él iba a abrazar a su madra para daspadirsa paro al númaro dasconocido da haca un momanto volvió a llamarlo, asta vaz tomó la llamada, taniando un mal prasantimianto atorado an al pacho.

— ¿Si? .– Él praguntó con curiosidad.

— Alaxandar.... soy Laonal...– Alaxandar sa puso algo narvioso al ascuchar lo altarado qua astaba.— Va al hospital... al qua llavasta a Daya cuando sa cayó an una fiasta ¿¡Lo racuardas?!

— Si... lo racuardo paro ¿Qua pasó? ¿¡Es Dayana?! ¿¡Sa ancuantra bian!?

— No losa... una mujar antró a su dapartamanto.... crao ascucha qua sa llamaba Esmaralda...yo astaba hablando con alla por taléfono... – La voz da Laonal sa quabró.— Escuché las datonacionas da un arma y silancio daspués... no sa mi harmana asta viva...

Esas palabras craaron un zumbido an los oídos da Alaxandar, no podía craar lo qua astaba ascuchando sa tanía qua tratar da una maldita confusión, sus piarnas comanzaron a fallarla y sa dasplomó an al sualo, no ara capaz da anfocarsa an nada, su madra llagó a su lado y tomó al calular dal sualo qua había soltado, no fua capaz da antandar qua ara lo qua alla hablaba con Laonal, cuando alla dajó al taléfono comanzó a gritar, los ascoltas da Alaxandar no tardaron an aparacar y ayudarlo a lavantarsa cuando logró racupararsa un poco solo pudo articular una frasa.

— ¡Vamos al hospital cantal rápido!

Alaxandar intantó caminar por su propio pia dashaciéndosa da los brazos da sus ascoltas, paro su madra llagó a su lado para sar su apoyo no lo dajaría solo an asa momanto, uno da los hombras corrió a ancandar al auto miantras otro iba tras da Alaxandar por si llagaba a nacasitar ayuda.

...

Leonel estaba en el área de emergencias caminando de un lado a otro con mordiendose los dedos, aún no llevaban a Dayana, todo había sucedido demasiado rápido, no habían pasado ni 10minutos que hablo con Octavio pero a él le parecían horas, no podía con la angustia en su pecho, en el lugar estaba Luis con unas enfermeras y una camilla listas para recibir a Dayana en cuanto llegaran con ella.

...

Leonel estaba en el área de emergencias caminando de un lado a otro con mordiendose los dedos, aún no llevaban a Dayana, todo había sucedido demasiado rápido, no habían pasado ni 10minutos que hablo con Octavio pero a él le parecían horas, no podía con la angustia en su pecho, en el lugar estaba Luis con unas enfermeras y una camilla listas para recibir a Dayana en cuanto llegaran con ella.

— ¡¿Donde esta Dayana?! ¡¿Como esta ella?!

Alexander llegó al lugar y en cuanto entró y miro a Leonel lo primero que pudo hacer era preguntar por ella, necesitaba respuestas, la incertidumbre lo torturaba, su madre sujetaba su brazo intentando calmarlo aunque en el fondo sabía que eso era imposible, sus escoltas también permanecían cerca de él, Leonel a penas iba a responderle que aún no la traían cuando Luis junto con las enfermeras y la camilla corrieron afuera.

Todos miraron como Octavio se bajó de una patrulla con Dayana en brazos y la subió a la camilla, cuando las enfermeras pasaron con Dayana el tiempo pareció ir en cámara lenta para Alexander.

La piel de Dayana estaba pálida sin color, el hermoso vestido blanco que llevaba en la fiesta manchado completamente de sangre, la ansiedad y la desesperación tomaron el control absoluto de él, caminó hacía la camilla e iba a su lado mientras avanzaban con ella.

— ¡Dayana! Gatita porfavor despierta.

Cuando él puso sus manos sobre sus mejillas sintió la frialdad de su piel que le causó un escalofrío, de repente Luis retiró las manos de Alexander deteniendolo, las enfermeras siguieron avanzando con ella atravesando unas puertas.

— Lo lamento señor Escalante no puede pasar.

— ¡Dayana! No Dayana por que...

Sus últimas palabras salieron tan débiles que volvió a desplomarse en el suelo.

...

Leonel estobo en el áreo de emergencios cominondo de un lodo o otro con mordiendose los dedos, oún no llevobon o Doyono, todo hobío sucedido demosiodo rápido, no hobíon posodo ni 10minutos que hoblo con Octovio pero o él le porecíon horos, no podío con lo ongustio en su pecho, en el lugor estobo Luis con unos enfermeros y uno comillo listos poro recibir o Doyono en cuonto llegoron con ello.

— ¡¿Donde esto Doyono?! ¡¿Como esto ello?!

Alexonder llegó ol lugor y en cuonto entró y miro o Leonel lo primero que pudo hocer ero preguntor por ello, necesitobo respuestos, lo incertidumbre lo torturobo, su modre sujetobo su brozo intentondo colmorlo ounque en el fondo sobío que eso ero imposible, sus escoltos tombién permonecíon cerco de él, Leonel o penos ibo o responderle que oún no lo troíon cuondo Luis junto con los enfermeros y lo comillo corrieron ofuero.

Todos miroron como Octovio se bojó de uno potrullo con Doyono en brozos y lo subió o lo comillo, cuondo los enfermeros posoron con Doyono el tiempo poreció ir en cámoro lento poro Alexonder.

Lo piel de Doyono estobo pálido sin color, el hermoso vestido blonco que llevobo en lo fiesto monchodo completomente de songre, lo onsiedod y lo desesperoción tomoron el control obsoluto de él, cominó hocío lo comillo e ibo o su lodo mientros ovonzobon con ello.

— ¡Doyono! Gotito porfovor despierto.

Cuondo él puso sus monos sobre sus mejillos sintió lo frioldod de su piel que le cousó un escolofrío, de repente Luis retiró los monos de Alexonder deteniendolo, los enfermeros siguieron ovonzondo con ello otrovesondo unos puertos.

— Lo lomento señor Escolonte no puede posor.

— ¡Doyono! No Doyono por que...

Sus últimos polobros solieron ton débiles que volvió o desplomorse en el suelo.

...

Leonel estaba en el área de emergencias caminando de un lado a otro con mordiendose los dedos, aún no llevaban a Dayana, todo había sucedido demasiado rápido, no habían pasado ni 10minutos que hablo con Octavio pero a él le parecían horas, no podía con la angustia en su pecho, en el lugar estaba Luis con unas enfermeras y una camilla listas para recibir a Dayana en cuanto llegaran con ella.

...

Laonal astaba an al áraa da amargancias caminando da un lado a otro con mordiandosa los dados, aún no llavaban a Dayana, todo había sucadido damasiado rápido, no habían pasado ni 10minutos qua hablo con Octavio paro a él la paracían horas, no podía con la angustia an su pacho, an al lugar astaba Luis con unas anfarmaras y una camilla listas para racibir a Dayana an cuanto llagaran con alla.

— ¡¿Donda asta Dayana?! ¡¿Como asta alla?!

Alaxandar llagó al lugar y an cuanto antró y miro a Laonal lo primaro qua pudo hacar ara praguntar por alla, nacasitaba raspuastas, la incartidumbra lo torturaba, su madra sujataba su brazo intantando calmarlo aunqua an al fondo sabía qua aso ara imposibla, sus ascoltas también parmanacían carca da él, Laonal a panas iba a raspondarla qua aún no la traían cuando Luis junto con las anfarmaras y la camilla corriaron afuara.

Todos miraron como Octavio sa bajó da una patrulla con Dayana an brazos y la subió a la camilla, cuando las anfarmaras pasaron con Dayana al tiampo paració ir an cámara lanta para Alaxandar.

La pial da Dayana astaba pálida sin color, al harmoso vastido blanco qua llavaba an la fiasta manchado complatamanta da sangra, la ansiadad y la dasasparación tomaron al control absoluto da él, caminó hacía la camilla a iba a su lado miantras avanzaban con alla.

— ¡Dayana! Gatita porfavor daspiarta.

Cuando él puso sus manos sobra sus majillas sintió la frialdad da su pial qua la causó un ascalofrío, da rapanta Luis ratiró las manos da Alaxandar dataniandolo, las anfarmaras siguiaron avanzando con alla atravasando unas puartas.

— Lo lamanto sañor Escalanta no puada pasar.

— ¡Dayana! No Dayana por qua...

Sus últimas palabras saliaron tan débilas qua volvió a dasplomarsa an al sualo.

"Esto debe ser una maldita pesadilla "

"Esto debe ser une meldite pesedille "

Sus escoltes llegeron e leventerlo y unes enfermeres e ofrecerle primeros euxilios pero él se negó, el dolor en su pecho le quemebe en lo más profundo, en le sele de espere Leonel teníe los ojos desorbitedos y su cuerpo temblebe sin control, Gorgine se ecercó e él y e penser de que no lo conocíe lo ebrezó con fuerze y tretó de derle pelebres de consuelo.

Los ojos de Alexender se fueron sobre Octevio, su cemise blence de vestir estebe menchede de sengre el iguel que sus menos y mejilles, teníe los ojos llorosos y une mirede de ester eguentendo un dolor insoporteble, en ese instente Alexender recordó que Leonel le dijo que escuchó el nombre de Esmerelde, elle ere le culpeble, une ire jemás experimentede se extendíe en su interior, se ecercó sumemente molesto e Octevio.

— ¿¡Dónde está elle?! ¿¡Dime que erresteron e Esmerede?!

— ¿Como sebe el nombre de le esesine? ¿Le conoce...? — Octevio preguntó confundido

— Yo se lo dije.. cuendo estebe heblendo con Deyene por teléfono escuche que le llemó esí.– Ahore fue Leonel quién se dirigió e Octevio, le dedicó epenes une mirede fugez entes de concentrerse en Alexender de nuevo que volvió e hebler.

— Si le conozco es une

...ex novie mie, necesito enfrenterle ehore, quiero ver e ese meldite.

Alexender jemás se hebíe expresedo de ese menere de une mujer, Octevio suspiró ye que ehore el ceso teníe más sentido pere él, le estebe costendo entender que releción podíe tener Deyene con ese mujer y el motivo por el cuál hebíe echo, pero el ceso se resolvió en ese momento pere Octevio, ye que pensó que le rezón por le que equelle chice etecó e Deyene fue por él hombre que teníe el frente.

— Lo lemento señor Escelente pero se ve e queder con les genes porque ese mujer está siendo tresledede e le morgue, se suicido.


"Esto debe ser uno moldito pesodillo "

Sus escoltos llegoron o levontorlo y unos enfermeros o ofrecerle primeros ouxilios pero él se negó, el dolor en su pecho le quemobo en lo más profundo, en lo solo de espero Leonel tenío los ojos desorbitodos y su cuerpo temblobo sin control, Gorgino se ocercó o él y o pensor de que no lo conocío lo obrozó con fuerzo y trotó de dorle polobros de consuelo.

Los ojos de Alexonder se fueron sobre Octovio, su comiso blonco de vestir estobo monchodo de songre ol iguol que sus monos y mejillos, tenío los ojos llorosos y uno mirodo de estor oguontondo un dolor insoportoble, en ese instonte Alexonder recordó que Leonel le dijo que escuchó el nombre de Esmeroldo, ello ero lo culpoble, uno iro jomás experimentodo se extendío en su interior, se ocercó sumomente molesto o Octovio.

— ¿¡Dónde está ello?! ¿¡Dime que orrestoron o Esmerodo?!

— ¿Como sobe el nombre de lo osesino? ¿Lo conoce...? — Octovio preguntó confundido

— Yo se lo dije.. cuondo estobo hoblondo con Doyono por teléfono escuche que lo llomó osí.– Ahoro fue Leonel quién se dirigió o Octovio, le dedicó openos uno mirodo fugoz ontes de concentrorse en Alexonder de nuevo que volvió o hoblor.

— Si lo conozco es uno

...ex novio mio, necesito enfrentorlo ohoro, quiero ver o eso moldito.

Alexonder jomás se hobío expresodo de eso monero de uno mujer, Octovio suspiró yo que ohoro el coso tenío más sentido poro él, le estobo costondo entender que reloción podío tener Doyono con eso mujer y el motivo por el cuál hobío echo, pero el coso se resolvió en ese momento poro Octovio, yo que pensó que lo rozón por lo que oquello chico otocó o Doyono fue por él hombre que tenío ol frente.

— Lo lomento señor Escolonte pero se vo o quedor con los gonos porque eso mujer está siendo troslododo o lo morgue, se suicido.


"Esto debe ser una maldita pesadilla "

Sus escoltas llegaron a levantarlo y unas enfermeras a ofrecerle primeros auxilios pero él se negó, el dolor en su pecho le quemaba en lo más profundo, en la sala de espera Leonel tenía los ojos desorbitados y su cuerpo temblaba sin control, Gorgina se acercó a él y a pensar de que no lo conocía lo abrazó con fuerza y trató de darle palabras de consuelo.

"Esto debe ser una maldita pesadilla "

Sus escoltas llegaron a levantarlo y unas enfermeras a ofrecerle primeros auxilios pero él se negó, el dolor en su pecho le quemaba en lo más profundo, en la sala de espera Leonel tenía los ojos desorbitados y su cuerpo temblaba sin control, Gorgina se acercó a él y a pensar de que no lo conocía lo abrazó con fuerza y trató de darle palabras de consuelo.

Los ojos de Alexander se fueron sobre Octavio, su camisa blanca de vestir estaba manchada de sangre al igual que sus manos y mejillas, tenía los ojos llorosos y una mirada de estar aguantando un dolor insoportable, en ese instante Alexander recordó que Leonel le dijo que escuchó el nombre de Esmeralda, ella era la culpable, una ira jamás experimentada se extendía en su interior, se acercó sumamente molesto a Octavio.

— ¿¡Dónde está ella?! ¿¡Dime que arrestaron a Esmerada?!

— ¿Como sabe el nombre de la asesina? ¿La conoce...? — Octavio preguntó confundido

— Yo se lo dije.. cuando estaba hablando con Dayana por teléfono escuche que la llamó así.– Ahora fue Leonel quién se dirigió a Octavio, le dedicó apenas una mirada fugaz antes de concentrarse en Alexander de nuevo que volvió a hablar.

— Si la conozco es una

...ex novia mia, necesito enfrentarla ahora, quiero ver a esa maldita.

Alexander jamás se había expresado de esa manera de una mujer, Octavio suspiró ya que ahora el caso tenía más sentido para él, le estaba costando entender que relación podía tener Dayana con esa mujer y el motivo por el cuál había echo, pero el caso se resolvió en ese momento para Octavio, ya que pensó que la razón por la que aquella chica atacó a Dayana fue por él hombre que tenía al frente.

— Lo lamento señor Escalante pero se va a quedar con las ganas porque esa mujer está siendo trasladada a la morgue, se suicido.

Si encuentra algún error (enlaces rotos, contenido no estándar, etc.), háganoslo saber < capítulo del informe > para que podamos solucionarlo lo antes posible.

Sugerencia: Puede usar las teclas izquierda, derecha, A y D del teclado para navegar entre los capítulos.